El estudio de la reserva cognitiva se remonta a 1988 cuando Katzman estudiando un grupo de pacientes postmorten, analizó la carga patológica (ovillos neurofibrilares y placas de betamiloide propias de demencias tipo Alzheimer) a nivel cerebral. Se sorprendió al ver que pacientes con cerebros similares a nivel histopatológico no habían presentado la misma sintomatología cognitiva durante su vida. ¿Qué quiere decir esto? Que aunque dos personas tengan cerebros igualmente afectados  no tiene por que manifestase de la misma forma, uno puede aparentar una demencia con problemas de memoria, desorientación…y el otro no haberse mantenido funcionalmente independiente. Estas diferencias fueron entonces atribuidas inicialmente a la reserva cerebral y posteriormente a la reserva cognitiva (Stern ).

La reserva cognitiva sería  por tanto, la capacidad del cerebro para tolerar mejor los efectos de la patología asociada a una enfermedad (ya sea demencia, esclerosis múltiple…) o daño cerebral, es decir, para soportar mayor cantidad de neuropatología antes de llegar al umbral donde la sintomatología clínica comienza a manifestarse.

¿Qué hace la reserva cognitiva?

Hace un uso más eficaz de redes cerebrales o estrategias cognitivas alternativas, lo cual permitiría un rendimiento eficiente durante más tiempo en caso de existencia de patología cerebral.

¿Cómo podemos mejorar nuestra reserva cognitiva?

El enriquecimiento mental acumulado a lo largo de nuestra vida creará conexiones cerebrales más eficientes que modularán la expresión de síntomas en el caso cualquier daño cerebral. Es por ello la comparativa con el plan de pensiones cerebral. Todas aquellas actividades mentales y de estimulación a lo largo de nuestra vida supone una inversión para mantenernos saludables mentalmente el día de mañana. No va a hacer que no desarrollemos una enfermedad pero si retrasará la expresión de sus síntomas, esto significa que tardaremos más en desarrollar problemas de memoria, lenguaje, de organización…

¿Qué actividades mejoran la reserva cognitiva?

Existe una creciente evidencia epidemiológica en que el nivel educativo, actividades estimulantes y novedosas a nivel mental, aprendizaje y practica de un instrumento musical, idiomas, escritura, lectura además de actividad física frecuente  y mantenimiento y fomento de las relaciones sociales actuarían positivamente en la creación de cerebros mas eficientes protegiéndolos para un futuro.

¿A que esperamos entonces? Invierte en salud, cuida tu mente, mantén tu cerebro activo por hoy y por mañana.

NEUROESTIMULO. Centro de Neuropsicología y Neurorehabilitación. Utrera.

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M. Rodríguez-Álvarez, J.L. Sánchez-Rodríguez. Reserva cognitiva y demencia. An Psicol, 20 (2004), pp. 175-186.

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